EL CAMBIO COMO CAMINO HACIA EL ÉXITO

Vivimos en una sociedad que está en constante cambio. Estamos cansados de oír hablar de entornos VUCA donde el cambio está a la orden del día. Muchas veces nos preguntamos si ante entornos tan cambiantes podemos ser capaces de gestionarlo. Quizá deberíamos empezar a aprender a gestionar aquellos cambios que se producen en nuestro entorno más cercano para, posteriormente, ser capaces de enfrentarnos a otros grandes cambios.

Hablamos de cambios cuando ocurren situaciones tan cotidianas como el despido de un trabajador, la implementación de un nuevo proceso dentro de la empresa o un cambio en la directiva de la compañía. Algo tan habitual como estos ejemplos nos indica que estamos en constante cambio y que por lo tanto podemos deben suponer una forma de obtener resultados positivos que permitan:

– Afrontar el cambio continuo

– Empoderar a nuestro equipo para iniciar el cambio

– Liderar una iniciativa de cambio

– Abordar la resistencia al cambio

Cuando tratamos de afrontar el cambio continuo que se puede presentar en nuestro día a día, lo primero que viene a nuestra cabeza son pensamientos sobre si seremos competentes, no tenemos el control sobre el asunto, miedos o que nuestro trabajo caiga en saco roto. Todo esto, nos impide ser capaces de tener la iniciativa para cambiar y aquí es donde surge el concepto de resiliencia. Este concepto que, también estamos cansados de escuchar, consiste en ser capaces de recuperarnos de los desafíos que se nos plantean, y debemos trabajar esta capacidad para afrontar todos aquellos miedos que se presentan cuando nos encontramos ante un cambio.

Una vez somos conscientes de que es necesario afrontar este cambio, debemos lidiar con nuestro equipo para iniciar en conjunto el cambio. Un equipo trabajando junto puede afrontar cualquier desafío de mejor manera que si lo realiza de manera individual. Es un mito que el éxito empieza solo desde arriba, o que si fracasamos es únicamente por el líder. Definitivamente, trabajando en equipo se obtienen mejores resultados.

Sin embargo, es muy probable que en ocasiones tengamos que ser líderes de un equipo y nos encontremos ante situaciones en los que tengamos que desempeñar diferentes roles ante cada persona. Estos roles podrán ser comunicador, defensor, orientador o solucionador de problemas, pero sea cual sea, deberemos asegurarnos de que todos los integrantes de nuestro equipo estarán involucrados en el proceso del cambio. Deberemos ser capaces de mantener al equipo a nuestro lado, tratar con aquellos que critican los cambios y ser flexibles y proporcionar planes a los empleados.

En muchas ocasiones, nos encontraremos ante compañeros que no estén dispuestos al cambio. Se dice que nuestro cerebro está condicionado a resistirse a cualquier tipo de cambio. Es por esto por lo que estaremos preparados para descubrir qué motiva la resistencia a cambiar, intentaremos abordar las preocupaciones que nuestro equipo pueda tener de manera que podamos incluirlo en el proceso de cambio consiguiendo de esta manera que todos trabajemos en equipo hacia un objetivo común.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, seremos capaces de gestionar con gran probabilidad de éxito todas aquellas oportunidades de cambio que se nos presenten. Al final, nos encontramos en entornos VUCA y debemos aprender a sacar partido de ellos

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